miércoles, 13 de diciembre de 2017

Pico Petrechema (2.371m)


Primer día del puente de diciembre y el único que aparenta de buena meteo para salir al Pirineo.  Nos juntamos con Cuñao, Hermana, Bonito del Norte y Servidora de todos ustedes, para acometer la subida al Pico Petrechema pues parece que la zona de los valles Occidentales es la mejor innivada de este comienzo de temporada.




El punto de partida es el Refugio de Linza en cuyas inmediaciones hemos aparcado para congelarnos a -7ºC mientras nos calzamos las botas y metemos en las mochilas todo el equipo invernal de que disponemos.  Arrancamos a caminar siguiendo las marcas de GR dirección Noreste.

Superamos un primer repecho bastante inclinado donde nos empieza a dar el sol que nos calienta enseguida.  La inclinación se suaviza y afrontamos ahora un flanqueo que nos lleva hasta el rellano que contiene la fuente de Linza.  Desde aquí, trazando un giro a la derecha, superamos otro fuerte repecho que nos orienta hacia el Collado de Linza que no distinguiremos hasta alcanzarlo tras una sucesión de cuestas y llanos.  Estamos a mitad de camino y nos hacemos conscientes de que vamos a pasear el material todo el día pues hay poca nieve y en buenas condiciones, excepto alguna zona venteada puntual.  Paramos un rato a almorzar y descansar espaldas.

Collado de Linza

Desde aquí, tenemos visible nuestro objetivo a la derecha y la famosa Mesa de los tres Reyes a la izquierda.  El camino se bifurca, nosotros vamos a la derecha en busca de un sombrío flanqueo.  Llegamos a un semi-collado en el que giramos suavemente a nuestra izquierda para ir ganando altura y auparnos a la larga arista cimera que, sin mayor dificultad, nos lleva hasta la cima.



Pirineo central desde la cima

Para bajar, utilizamos el mismo recorrido que nos ha traído y de regreso a Linza nos bebemos la merecida caña del triunfo.

Bajamos con el Chamanchoia presidiendo la postal

Sencilla ascensión que, en verdaderas condiciones invernales, puede presentar algo más de dificultad que habrá que considerar.




AQUÍ el track

Fecha real: 06/12/2017

Desnivel: 1.000m

Distancia: 13km

Tiempo invertido: 6h30m

viernes, 1 de diciembre de 2017

Castillo de Samitier y Estrechos de Entremón en circular desde Ligüerre de Cinca


Tal como me levanto, escucho el sonido de la lluvia golpear los cristales.  “Wasapeo” a JM para que no me espere, salir de casa ya con mal tiempo se me hace de masoca.  Pero me he desvelado y tras un rato de dar vueltas y enredar sábanas, le aviso de que me espere, que me apunto al plan B consistente en irnos a los estrechos de Entremón pero para hacerlo majo, llegaremos pasando primero por el Castillo de Samitier.


Aparcamos justo a la entrada de Ligüerre de Cinca, en el parking habilitado para visitantes.  Para empezar la excursión, dejamos el parking a nuestra espalda y nos fijamos en un pequeño campo, hay que fijarse bien hasta encontrar una estaca de madera con pintura que indica el itinerario hacia la Peña Magdalena, un Tozal al Oeste del pueblo que de momento no vemos pues todavía queda niebla residual de la lluvia de la madrugada.  Ya no hay más dificultad, seguimos este itinerario bien señalizado dirección Oeste, pasando por un campo labrado y atravesando algún tramo de bosque mediterráneo típico de las sierras exteriores, hasta encontrarnos con la carretera que cruzamos para volvernos a incorporar inmediatamente a la senda que gira a nuestra izquierda.  Conforme ganamos altura, se abren las vistas al sur que hoy, tras la lluvia, resultan de lo más fotogénicas.


La senda inicia un ascenso bastante acusado y, mientas la niebla se disipa, nos incorporamos a una pista desde la que ya tenemos vistas de la Peña Magdalena a nuestra izquierda y el Castillo de Samitier a nuestra derecha más a lo lejos y entre los cables de la línea de alta tensión que lleva un rato acompañándonos.  Pasamos un semi-collado y dejamos a nuestra espalda el Tozal.   Ahora son las vistas hacia el norte las que hacen nuestras delicias mientras continuamos por la pista que abandonamos tras 3 kilómetros de marcha y nos metemos casi monte a través para buscar un sencillo paso de trepada que nos permite encaramarnos a las ruinas del Castillo Moro desde el que contemplamos entusiasmados La Ermita de San Emeterio y San Celedonio y el Castillo de Samitier que ya tenemos al alcance de la mano.




Ruinas del Castillo Moro

Allá vamos

Destrepamos y tras analizar un poco el terreno, nos lanzamos por una sencilla canal que, a nuestra derecha, parece haber sido transitada.  Descendemos apoyando manos en algún tramo pero sin mayor dificultad, hasta incorporarnos al camino normal que habíamos abandonado.  Subimos hasta las construcciones, entramos en la Ermita y la atravesamos para visitar las ruinas del Castillo.  Tras hartarnos de hacer fotos, nos sentamos un rato a picar algo que ya es hora.

Hasta allí abajo tenemos que llegar

Peña Montañesa al fondo

La Ermita desde el Castillo

Nos quedaríamos buen rato aquí ahora que ha salido el sol y nos rodea un ambiente casi místico con la niebla cubriendo los valles y las cumbres emergiendo ante nuestra mirada agradecida, pero hay que continuar que el día es corto. 


Dejamos Ermita y Castillo a nuestra espalda y nos incorporamos a la pista que debemos seguir hasta las inmediaciones de la localidad de Samitier.  Tras una curva a la izquierda, justo donde termina el pueblo y tomando como referencia una gran nave industrial, dejamos esta pista principal y nos incorporamos a otra más estrecha a nuestra derecha.  Seguimos la pista, pasamos una central solar a nuestra derecha, el pueblo de Mediano a nuestra izquierda y nos incorporamos a la carretera que lleva a la presa del Pantano de Mediano, por nuestra derecha.  Continuamos hasta la presa y la cruzamos.

Presa de Mediano entre la niebla

Samitier

Mediano y su famosa Torre

Vemos un cartel que indica a nuestra derecha y una señal en el suelo que también.  Tenemos dos opciones: bajar por las escaleras de la presa que presentan un cartel que nos lo prohíbe o adentrarnos en un túnel que, en principio, no porta ninguna señal de la GR1 a la que nos debemos incorporar.  Pues nada, como nos gusta la aventura nos lanzamos escaleras abajo para darnos cuenta de que nos hemos equivocado.  Por suerte, la carretera que continúa por nuestra izquierda se una a la culminación del túnel y enganchamos la senda.

Nos adentramos en el estrecho de Entremón por la senda colgada que a penas da muestras del precipicio que tenemos a nuestros pies pues la mayoría de ella transita por un encantador bosque de boj.  Sólo encontramos un par de tramos aéreos, un primero con unas grapas muy sencillas de superar y otro más impresionante, ya casi al final, con una sirga “quita miedos”.  Cuando se abre el paisaje, paramos al sol para comer antes de continuar camino hasta la carretera por la que cruzaremos un puente a nuestra derecha y tras un breve tramo en cuesta, nos desviamos a la izquierda por la senda que seguiremos para llegar enseguida de regreso a Ligüerre de Cinca cerrando el círculo.



Hay que cruzar el puente y subir la cuesta por carretera

Ligüerre de Cinca

Encantadora excursión muy recomendable para quienes quieran visitar esta zona.  Es fácil y, aunque un poco larga, merece mucho la pena más en un día como hoy que la orgía fotográfica está servida.


AQUÍ el track

Fecha real: 25/11/2017

Desnivel: unos 800m, no creerse nada del track que se le va la olla

Distancia: 15km

Tiempo: 6h con calma

domingo, 26 de noviembre de 2017

Pico Gabardiella (1.696m) Circular desde el puente de Lúsera


Llevo un par de findes sin salir al monte y me apetece un montón.  Además, estos primeros fríos tan secos y sin nevadas que hagan el Pirineo más atractivo, hacen recordar que también hay montañas más pequeñas pero muy bonitas aquí al lado de casa.  Así que propongo la ascensión a Gabardiella partiendo desde el puente de Lúsera y completando una ruta circular que, de bajada, pasa por el Collado de las Paúles y nos permite disfrutar del singular paisaje de los Acantilados de Cienfuens.



Hoy he quedado con la Joven Castora Helena junto a la que salimos de Huesca destino Arguis donde hemos quedado con Pol.  De aquí nos dirigimos a Belsué, pasamos el embalse totalmente vacío y poco más adelante con el pueblo de Lúsera arriba a nuestra izquierda, encontramos la salida de la senda y el puente.

Tras apañarnos y abrigarnos como si no hubiera un mañana, que hace un frío que pela mucho, bajamos hacia el puente y lo cruzamos para girar inmediatamente a nuestra izquierda siguiendo las señalizaciones.  Primero llaneamos un poco con el cauce seco del Flumen a nuestra izquierda y en algo más de 500m giramos a nuestra derecha para comenzar el fuerte ascenso por una empinadísima ladera dirección Sur.  Sobre la cota 1.200m avistamos a nuestra derecha un refugio abandonado.


Lúsera ya queda bien abajo

La verdad es que ascender por esta cara, a esta hora y en esta época no tiene nada de especial más que resoplar de calor con el sol dándonos de lleno de frente y transitando por una cuesta sin mayor gracia que las vistas que se van abriendo hacia el Pirineo a nuestra espalda.  Tras una breve parada para almorzar algo en un llano, alcanzamos el alto central de la Cresta de Gabardiella y giramos a nuestra izquierda para encaminarnos, dirección Este, a una primera cima secundaria y de aquí, siempre por la cresta, a la cima del Pico Gabardiella.

Pirineo a nuestra espalda


Cima con Guara de fondo

Lo guapo de la excursión de hoy empieza ahora.  Para volver, desandamos nuestros pasos hasta el alto donde se encuentran unas señales direccionales y continuamos adelante dirección Oeste por la cresta hasta que la senda se dirige a nuestra izquierda para iniciar un abrupto descenso que culmina en las inmediaciones del “Collado de la Luna del Pueyo”.  Aquí, para no perder las sanas costumbres, nos embarcamos un poco pues no hay que llegar a este collado sino seguir de frente sin perder la senda.  Total que, para no retroceder, damos un pequeño rodeo y bajamos monte a través en busca de la senda que según el GPS está a nuestra izquierda y efectivamente laretomamos tras un buen “masaje guarense” atravesando un maravilloso de aliagas y boj que nos dejan las piernas como coladores.

Por fin en la senda, continuamos otro tramo de descenso que nos lleva a otro colladito donde un hito a nuestra derecha nos indica la dirección a seguir hacia el gran Collado del Pueyo cuya llanura incita a descansar un rato y así lo hacemos que ya es hora de comer.


Borón

Guara y Fragineto

De ahí venimos

Llanos del Pueyo

Desde aquí solo nos queda seguir la senda llana durante un rato hasta que se adentra en el bosque para acentuar el descenso por un barranco seco.  Pronto se abren las vistas hacia los acantilados de Cienfuens y disfrutamos del vuelo de los Buitres y un Quebrantahuesos mientras nos acercamos a lo que debería ser el Embalse de Cienfuens que, la verdad, nunca he visto con agua.

La senda gira a nuestra derecha dejando el Embalse y los Acantilados de Cienfuens a nuestra izquierda para situarnos a media ladera dirección Norte.  La pendiente disminuye durante un rato hasta que nos acercamos a la presa de Belsué donde afrontamos la corta última cuesta del día.  A partir de aquí sólo queda llanear con el embalse vacío a nuestra izquierda hasta toparnos con el puente donde cerramos el círculo y finalizamos la excursión de hoy.



El sol del atardecer calienta los últimos metros de llaneo hasta el puente

Muy fácil y recomendable excursión, válida para todos los públicos.  Tener en cuenta que es un recorrido largo y cansado.


AQUÍ el track

Fecha real: 18/11/2017

Desnivel: 1.000m

Distancia: 17km

Tiempo: 7h



viernes, 3 de noviembre de 2017

Otoño en Ordesa. Fajas Racón y Canarellos


Llevo un par de semanas con ganas de subir a Ordesa a ver los colores del Otoño pues hace tiempo comprobé que es el lugar ideal para este fin, gracias a la variedad de árboles que se alzan en sus laderas bajas. 

La Faja Canarellos finaliza en el Bosque de las Hayas hoy ya sin hoja

Hoy somos Bonito del Norte y yo, mano a mano, los que vamos a adentrarnos en una “clásica de Ordesa”: las Fajas de Racón y Canarellos, para lo cual, arrancamos a caminar dejando la pradera a nuestra espalda por la carretera como si volviéramos hacia Torla.  Un kilómetro después, a nuestra derecha y junto a una Casa del Parque parte la senda claramente señalizada hacia la Faja Racón.  La cosa comienza suave, con largas eses que nos van acercando al Barranco de Salarons que queda a nuestra izquierda al igual que el imponente Tozal del Mallo.   Conforme ganamos altura, la pendiente se agudiza hasta que salimos del bosque y nos encontramos de frente con el magnífico Circo de Carriata.

Tozal del Mallo

Paredes de Carriata

Un último empentón y nos encontramos con la señal que nos indica la entrada a la Faja por nuestra derecha.  Hacemos una parada para picar algo que ya nos toca y continuamos adentrándonos definitivamente en la Faja que, en sus primeros metros asciende muy suavemente y, a partir de aquí, nos encontramos algún pequeño sube y baja pero en general, como es común en las fajas, predomina el llaneo.  Ninguna dificultad reseñable excepto la lógica cautela que hay que dispensar en estos terrenos donde el vacío acecha constante, hoy a nuestra derecha.  Al llegar a la cabecera del Barranco del Gallinero, paso clave y algo más expuesto, nos encontramos una pareja que viene hacia nosotros con un perro suelto.

*Abro paréntesis
Mira que me gustan los perros, pero últimamente no puedo evitar molestarme bastante con los dueños de estos encantadores animales que no tienen la misma conciencia que nosotros y en un arranque juguetón, en un lugar como este, puede hacernos precipitar al vacío.  Así que no dudo en increpar dulcemente al dueño por no llevar el perro atado.  Primero porque está en un Parque Nacional que tiene normas que hay que cumplir que para algo están y segundo porque hay que hacerse consciente de que por muy pacífico que sea el animal, puede suponer un riesgo para otros montañeros, el hombre asiente y continúa su camino mientras la señora insiste en lo pacífico del pobre bicho que poca culpa tiene.  En fin.
*Cierro paréntesis

Continuamos camino encontrándonos con alguna pareja o grupo pequeño que vienen en contra-dirección, hasta que en una curva divisamos la Cascada de Cotatuero, hoy mermada por la sequía.  Aquí termina la Faja Racón y comenzamos a descender hasta el Barranco de Cotatuero que cruzamos por un puente.

Entrando a la Faja Racón

Tras cruzar el Barranco del Gallinero, zona delicada


Tras cruzar el puente, seguimos de frente para superar unos cien metros de desnivel sin perdón hasta acercarnos a la pared y entrar en la Faja Canarellos algo más corta que la Racón pero con algún paso más peligroso por tener mayor caída.  Tras unos cuatro kilómetros de faja, nos adentramos en el Bosque de las Hayas y en suave descenso nos acercamos a la senda principal y GR11 a la que nos incorporamos girando a nuestra derecha.  Sólo unos cinco kilómetros nos separan de la Pradera y el coche al que llegamos contentos y hambrientos, cosa que solucionamos rápidamente antes de emprender el regreso a casa.

Vistazo atrás

Faja Canarellos algo más expuesta que la Racón

Empieza el descenso

Excursión muy fácil pero nada recomendable con lluvia, nieve o hielo.  No hay que subestimar el peligro de caminar por este tipo de sendas, un paso en falso puede ser fatal.  Por lo demás, realizable por cualquier persona, sólo hay que seguir las indicaciones y tener un poco de cuidado.  Por supuesto, abstenerse vertiginosos.


AQUÍ el track (ojo: el desnivel no es real, el GPS se descalibra en estos terrenos)

Fecha real: 01/11/2017

Desnivel: unos 800m.

Distancia: 16km

Tiempo invertido: 5h20m

jueves, 26 de octubre de 2017

Collarada (2.883m). Circular Refugio de Espata – Refugio de La Trapa – Cima – Collado de Ip – Refugio de Espata


Recuerdo el día en que mi padre me trajo de regreso a Huesca tras diez años de vida emigrante en la bella y desgraciada Venezuela.   Y también recuerdo con gracia cuando al ver la Sierra de Guara le pregunté si aquello era el Pirineo y me contestó riendo que no, que estaba detrás.  Un par de años después, subí mi primera cima pirenaica y no fue otra más que Collarada.


Total que aquí estoy, veintipico años después, aparcando el coche en las inmediaciones del refugio de La Espata al que hemos accedido, junto a mi Bonito del Norte, desde Villanúa a través de una pista para cuyo transito es necesario un permiso muy fácil de conseguir a través de la web de turismo de la misma localidad.

Empezamos a caminar siguiendo la pista dirección Oeste en busca del Refugio de La Trapa al que llegamos tras unos tres kilómetros de cómodo llaneo.  Justo detrás del refugio parte la senda que nos transporta en suave ascenso hacia el paso muy evidente que nos ha de ayudar a superar el contrafuerte inferior de este lado Sur de la montaña.  Aunque no presenta gran dificultad, hay una serie de cadenas colocadas para atravesar la canal que nos aúpa a un paisaje de prado continuo con la inequívoca figura de Collarada y sus pedreras a la vista.





El desvencijado refugio del Trapal queda a nuestra derecha casi imperceptible pues la senda perfectamente dibujada nos transporta por la ladera cada vez más empinada.  No hay pérdida.  La cosa consiste en seguir el camino dirección a la pedrera y las canales que se desprenden del al Sur-Oeste de la cumbre.  Más o menos en la cota 2.300m cruzamos el cauce seco del barranco de La Ciresera y tras un tramo algo más empinado, la pendiente se suaviza un poco y visualizamos a nuestra izquierda la formación rocosa de Los Campaniles.


Los Campaniles a nuestra izquierda

Conforme la pendiente se vuelve a agudizar, nos acercamos a la pedrera que superamos a duras penas intentando pisar de lado para evitar las agujetas de gemelos tan habituales después de hazañas como esta.  Tras la pedrera, nos adentramos en la canal que presenta varios pasos de trepada (Iº grado, según mapas), seguimos los hitos por un terreno roto e inestable para salir triunfantes a la arista cimera a nuestra derecha, sólo unos pasos nos separan del vértice geodésico de la cima que alcanzamos bajo un inusualmente cálido sol de otoño que invita a la larga parada que nos permitimos encantados teniendo claro que nos la hemos ganado de bien.

Canal descompuesta no apta para principiantes

Cima

Ibón de Ip, Punta Escarra sobre él y grandes de Tena al fondo

 
Hemos venido con la idea de bajar por la actual ruta normal que nos dejará de regreso en el Refugio de La Espata donde tenemos el coche.  Así que iniciamos el descenso dirigiéndonos al Este donde nos encontramos una zona rocosa algo descompuesta pero más sencilla que la canal de subida.  Vamos encadenando viras hasta que nos encontramos en el Collado de Ip.




Desde aquí iniciamos un suave y corto flanqueo que nos ayuda a evitar los contrafuertes de la vaguada que va quedando a nuestra derecha mientras la rodeamos para girar a nuestra izquierda e introducirnos en una zona kárstica que atravesamos siguiendo los hitos que nos llevan hasta el hombro que se desprende directo al sur y cuyas empinadísimas laderas rompe-rodillas descendemos siempre siguiendo los hitos en busca de una canal muy sencilla que se encuentra provista de un par de cuerdas fijas.  Desde aquí nos internamos en el bosque y en un santiamén estamos en el coche.


A esa vaguada tenemos que llegar


Última dificultad, de aquí al coche en un santiamén

Itinerario duro y de dificultad considerable por desnivel y calidad del terreno.  La canal de la subida desde el Trapal está muy descompuesta (atención a la caída de piedras y a posibles resbalones).




AQUI el track

Fecha real: 15/10/2017

Desnivel: 1.200m

Distancia: 11km

Tiempo invertido: 6h30min