miércoles, 27 de agosto de 2014

Pic de Tristaina (2.878m.)




Aunque parezca que habíamos gastado todas las vacaciones posibles, aún me quedaba una semana a mí y un mes enterito a Bonito del Norte ¡traidor!.  Total, que tras el acto de presencia correspondiente durante las fiestas patronales de esta nuestra Gueskonsin querida del alma, cargamos la furgoneta y así a lo loco nos plantamos en Andorra a ver qué se cuece por el diminuto país pirenáico este (a parte de pijos y balnearios).

Nuestra primera elección es el Pic de Tristaina considerando los apenas 700m. de desnivel que habremos de cubrir y las características del itinerario en sentido circular por las inmediaciones de varios lagos.  Una opción ideal para sudar los mojitos, las cañas y los cubatas.



Empezamos la excursión en el último párking de la estación de eski de Ordino-Arcalis, justo por detrás del bar y el primer remonte, sale una GR que hemos de seguir para rápidamente alcanzar un pequeño alto desde donde ya conemplamos el Estany del Mig hacia el cual bajamos siguiendo la senda y desviándonos a nuestra derecha pasando entre los Estanys del Mig y Primer.




Pronto retomamos la ascensión dejando el Estany del Mig a nuestra izquierda y siguiendo la senda con marcas de GR en dirección al Port de L’Albeille.  Conforme vamos ascendiendo, vemos pronto el Estany de Més Amunt que se queda más abajo a nuestra izquierda mientras alcanzamos un alto donde una señal nos indica el desvío a nuestra izquierda hacia el Circo de Tristaína.  Abandonamos aquí la GR y seguimos unas marcas amarillas muy bien dispuestas.



Cuatro pasos más y nos encontramos un cartel que nos indica la dirección a seguir y nos advierte “camí molt difícil”… ¿será verdad?.  Para comprobarlo, continuamos y volvemos a pasar por otro cartel que reza lo mismo pero esta vez hace honor depositándonos en una ladera ultra-empinada por la que vamos ganando mucho a mucho desnivel como para una boda.




Vamos progresando y sudando como tocinetes todas las toxinas (incluso las buenas) cuando llegamos al paso “clave” que según la reseña debe ser de IIº grado, nada, hay que poner las manos un poco y es bastante corto y nada aéreo.



Superado esto, un último empentón y nos plantamos en la arista, con su antecima desde la que ya contemplamos el Étang Fourcat (ibón del forcau pero en gabacho).  Nos encaminamos al norte por nuestra derecha y en un soplido (de verdad, hace una ventolera fría que tira patrás) nos encaramamos a la cumbre del Pic de Tristaina. ¡Ole tú! Mira que se hace de rogar el jodío y parecía tontico.




Hemos visto en el mapa que hay itinerario de bajada por la arista rodeando los ibones así que nos ponemos a ello desandando un trocito y en la antecima continuamos rectos en búsqueda de un sinfín de chimeneas con sus correspondientes destrepes que nos dejan claro que los pasos de IIº de los que habíamos leído son estos y no lo de antes.  Definitivamente nos negamos a continuar por la cresta que vaya usted a saber lo que hay por ahí, elegimos continuar siguiendo trazas de camino, que sudores tú, hasta que por fin el terreno mejora.


Nos encontramos en una especie de terraza sobre el Estany de Més Amunt que por nuestra izquierda nos llevaría al camino de ida y por nuestra derecha, si todo va bien y la intuición no falla, rodearía los ibones y nos depositaría en el primer colladito de esta mañana.  Dicho y hecho comenzamos a andar primero por ladera herbosa incómoda y con mucha inclinación (mal rollo con hielo) y después por una pedrera ya más cómoda que presenta algún hito y más tarde otra vez los puntitos amarillos de antes.





Tal como se hace más cómodo, el camino desciende y desciende para ¡si señor! Rodear los ibones y devolvernos sanos, salvos y mansos a la furgoneta-hotel donde le damos caña a la nevera portátil hasta casi agotar exitencias.


Aunque algo difícil, muy recomendable y bonita excursión que nos descubre un rincón encantador de la encantadora Andorra.

Fecha real: 14/08/2014
Desnivel: 722m.
Distancia: 7km. (claro, lo siguiente ya hubiera sido escalar)
Tiempo invertido: Cinco horetas

viernes, 22 de agosto de 2014

Trekking de Langtang. Día VII y final: Thulo Syabru-Dumche


Nos levantamos muy temprano y sin desayunar ni quitarnos las legañas, nos vamos corriendo a fotografiar el Ganesh Hymal.  Un siete mil que se dejar ver bien desde aquí.


Ahora sí, es momento de desayunar y acicalarnos para afrontar nuestro último día de trekking.  Con mucho pesar y muy pocas ganas de abandonar estos montes, empezamos a andar en suave ascenso por un agradable bosque hasta alcanzar un alto desde donde contemplaremos por última vez el valle y el pueblo de Thulo Syabru.


Continuamos ahora llaneando por una encantadora y comodísima senda salpicada de fuentes y ruedas de oración.  En un pequeño claro conseguimos ¡por fin! ver el Langtang Lirung aunque sea de lejos.  Ahora al menos podemos darle forma en nuestra memoria.



Asados de calor, afrontamos el prolongado descenso que a través del bosque nos llevará hasta una pequeña granja donde paramos a refrescarnos.  Hay dos preciosas niñas que nos ofrecen agua de una jarra tan mugrienta que nisiquiera Mahesh (nuestro porteador) se atreve a probar.



Continuamos bajando y ya divisamos la carretera, una última rampa en bajada nos deposita en ella.  El calor es sofocante y más caminando por el asfalto.  Por lo visto este es el camino más corto a Dumche pero la verdad, hubiéramos preferido el camino largo y directo para ahorrarnos esta terrible hora de carretera que nos hace llegar molidos por fin al hotel que nos dará cobijo esta noche. 




Tras dar cuenta del mejor Dhal Bat de estos días, con su pollo al curry y todo, pasamos la tarde dando pequeños paseos por la localidad, tomando unas cervecillas con Imán y Mahesh y comiendo frutillas del bosque con nombre impronunciable e inescribible que nos venden unas jóvenes locales.




Así acaban siete días de trekking por la cordillera más alta y extensa del mundo.  No hemos hecho cálculos de desniveles ni kilómetros recorridos, pero sí de sonrisas, espiritualidad, paz y buen rollo, en total: infinitas toneladas.  Una parte de nuestros corazones se queda en el Valle de Lantang.


Mañana tomaremos el “Bus turístico” de vuelta a Kathmandú desde donde saldremos más tarde dirección a Pokhara para pasar unos días en esa encantadora ciudad costera del Lago Phewa.