martes, 26 de marzo de 2013

ERATA (2005 m.) De subida un calor asfixiante, de bajada un frío acojonante

Ya hacía días que tenía yo ganas de subir a Erata.  Las condiciones de meteo no eran muy buenas y además aquí en Güeskonsin la peña estaba poco motivada, así que cuando J.M.N. me propuso acompañarle a recoger el Belén (a buenas horas…) que habían puesto en la Ermita de San Benito, pues dudé poco.

Tempranito de mañanas ya estaba yo esperando en la plaza de Biescas donde al poco rato nos reunimos J.M.N, Ana, Begoña y servidora (¡¡¡anda que no se lo monta bien este zagal!!!).  Enseguida partimos carretera arriba hacia Espierre para coger después una pista que nos lleva hasta la Ermita de San Juan donde aparcamos coches y echamos a andar con las raquetas puestas para, al poco, quitárnoslas pues la nieve “óptima” (que hay un montón) nos espera más arriba.



J.M. me va explicando curiosidades de la zona y yo voy contemplando el cielo que se despeja para hacernos la subida calurosa suficiente para quitarnos chaquetas y quedarnos en manga de camiseta disfrutando y sudando la primavera. 

Lo que es propiamente el itinerario, tiene poca explicación, digamos que ladera arriba por ande se nos haga más cómodo con las raquetas evitando la senda normal que por lo visto estaría más chunguilla (esto lo tengo que comprobar que no me lo creo).  Así poco a poco, con paciencia y en menos rato de lo que yo me pensaba nos aupamos al lomo cimero donde nos recibe una ventolada congelada que me hace notar la cara como si me hubiera dado una apoplejía lo menos.  Ale, así hasta la cima donde paramos un ratito muuuuy corto lo justo para colocar todas las capas posibles sobre nuestros fríos cuerpos y hacer la foto de rigor.  Por mala suerte, todo se está nublando y las vistas se me esconden, supongo que para provocarme y hacerme volver.




De la cima a la Ermita para echar un bocado al trasaire mientras J.M. quita el Belén y de allí para abajo soportando la típica sucesión de meteoros primaverales: viento, nieve, granizo y finalmente lluvia que nos pilla justo al llegar al coche.



De regreso a Biescas nos juntamos con Silvia y J.M. que vienen del Burrambalo, a ellos les ha ido algo mejor a pesar del nubarrón que les veíamos encima.  Y así conocí a otra bloguera y así hicimos plan de hacer planes un día de estos para una quedada cuando a nuestro querido Lorenzo le de por dejarse ver unas cuantas horas seguidas.

Fecha real de la excursión: 23/03/2013
Cartografía: La cabeza de J.M.N.
Fotos: Pirene

miércoles, 20 de marzo de 2013

De Nocito a la Ermita de Sescún y viceversa


¡Ay que poco me gusta madrugar los sábados!, pero últimamente parecen ser los mejores días para salir al monte, así que ¡ala! A las ocho (nada más y nada menos) de la mañanita ya estábamos arribando a Nocito donde habíamos quedado con J.M.N., Yeti, Pol y Luisa para darnos una buena vuelta por la zona.  Es lo que tiene esto de los blogs, conoces gente interesante y ¡ale!.

En llegar, mochilas a los hombros y a andar saliendo del pueblo para buscar la pista paralela al Guatizalema que pronto abandonamos para adentrarnos en una senda que se desprende a nuestra derecha.  La idea es alcanzar el Dolmen del Palomar, donde aprovechamos para una primera parada de avituallamiento.


Bien avituallados y conversados, continuamos la senda muy bien marcada de esas típicas de Guara con sus subidas, bajadas y “llaneos o planos” que nos deleita con las vistas de la cara más imponente del Fragineto a nuestra izquierda.  El camino serpentea para cruzar los barrancos Palomar y Fondo, tras el cual nos encontramos el desvío que tomaremos para el regreso.  Un poco de subida y nos plantamos en las inmediaciones del Cuello Salillas desde donde ya divisamos las ruinas del Mesón de Sescún hacia donde nos dirigimos



Ya desde Cuello Salillas se contempla el Borón y sus inmediaciones y una vez en el Mesón, no queda otra que echarle una foto para recordar que el ataque de agujetas de hace unas semanas valió la pena.  Desde aquí y hacia nuestra derecha, continúa la senda que en poco rato nos lleva directa a la Ermita de Sescún.  Aquí decidimos hacer la comida “fuerte” del día así que empiezan a correr las tortillas, longanizas y el vino que acompañan la interesante conversación con estos “zagales” llenos y ávidos de información.

Empieza a hacer frío y, al caer las primeras “bolisas” de nieve, decidimos emprender la marcha de vuelta.  Para darle sentido circular a la excursión, volveremos por el camino que se utiliza más habitualmente para alcanzar este paraje.  Así que en el cruce de caminos elegimos nuestra izquierda para, bajo lluvia primero y nieve después ir remontando el camino que nos adentra en la Sierra de Gabardiella.  Ahora ya no hay paradas pero sí conversación y “entre pitos y flautas” quejidos por la meteorología y quejidos por los sube y bajas del camino, nos plantamos en la Pardina de Orlato.  Ahora sólo queda buscar la carretera de Nocito por la que andaremos hasta encontrar el desvío de la GR1 que nos llevará de regreso bajo la nieve a ratos, lluvia a ratos.


Llegando al pueblo y por unanimidad se decide ir a buscar el bar para tomas las bien merecidas cervezas.  Pues no.  Aquello parecía un pueblo fantasma, oyes, que en otros pueblos siempre notas como se abre alguna ventana a tu paso, aquí ni eso.  Ni bar del camping ni ná.  Así que algo cabizbajos sin nuestra cervecita, regresamos a los coches donde nos despedimos con la promesa de repetir compañía.

Fecha real de la excursión: 16/03/2013
Cartografía: Editorial Pirineos nº7 (Parque de la sierra y los cañones de Guara)
Fotografías: Las de “seco” con la cámara, las de “mojau” con el móvil



jueves, 14 de marzo de 2013

Aquapark de La Fabana



Hace días que teníamos ganas, Cuñao y servidora, de llevarnos a unos amiguetes/as y a Bonito del Norte al Fragineto, mi pico favorito de la sierra.  Ya teníamos en cuenta que el barranco de la Fabana bajaría cargadito, pero no contábamos con que nuestra pericia no sería suficiente para salvarlo.  Así fue como ocurrió:

Salimos de Güeskonsin tempranito a sabiendas de que la jornada no sólo sería durilla sino también larguilla.  Empezamos a caminar con un día espléndido contentos y animados ante lo que se presentaba como una jornada montañera de esas que yo llamo “triunfada”.  El cuñado y yo ya nos conocemos la ruta pues la hemos recorrido varias veces juntos y, aunque hacía tiempo que no pasábamos por allí, todo sigue igual.  La ermita de La Fabana nos recibe bajo un cielo azul despejado que nos invita a continuar la marcha para adentrarnos en el bosque que nos sirve de antesala para el barranco de La Fabana.


El ruido ya me hace sospechar que, efectivamente, el flujo fluvial nos va a hacer trabajar de lo lindo, pero nos portamos todos estupendamente durante un primer tramo en el que nos lo pasamos bomba saltando de piedra en piedra y colgándonos de rama en rama a lo tarzán para sortear el agua y evitar mojar los pies que nos tienen que aupar a la cima soñada. 

Durante un breve tramo, la senda esquiva el barranco y nos creemos que lo peor ya ha pasado cuando se presenta ante nosotros la temida garganta de la que ni Cuñao ni servidora se acordaban.  Aquí si que la cosa pinta complicada, otras veces habíamos podido pasar haciendo un pelín el cabra por algún lateral en “travesía trepadora” pero hoy ni siquiera eso.  Pos nada, a descalzarse y a limpiar bien las garretas en agua fría que es muy bueno para la circulación, oyes, las extremidades inferiores como de críos nos quedaron.


Tras otro tramo “seco” siempre con el barranco discurriendo el muy cachondo a nuestra vera, salvamos un caos trepando y destrepando algún torroco hasta que alcanzamos el último estrecho.  Sabemos que allí se acaba el barranco y empieza la senda seca que tanto añoramos, pero el estrecho está para descalzarse otra vez.  En este momento me entró la sensatez, y tras comprobar que llevábamos dos horas para salvar un tramo que como mucho cuesta media, propuse la temida media vuelta y el furor popular catapultó mi propuesta a los anales de la historia montañera como si de una revelación divina se tratara.

No hubo desánimo ni lloros.  El regreso ya fue puro cachondeo como quien se lo pasa pipa en los aquaparks de esos que hay por las costas, pero sin pagar ni aguantar marujas y niños maleducados.  El resto del grupo fue más sumiso pero esta servidora, a sabiendas de que las zapatillas cómodas, secas y calentitas estaban a mi espera en el coche, dejose las botas puestas y pa’lante como los de Alicante con el barranco de la puñeta.


Aprovechando que ya íbamos bien de tiempo y antes de almorzar en la ermita, aproveché para echarle unas foticos a las primaveras que ya hacen acto de presencia y a otras florecillas que les acompañan pero que no he sido capaz de identificar (estoy segura de que alguno por ahí me ilumina):

 

Para culminar la gesta y llegando a buenísima hora, aprovechamos para echar el correspondiente vermú en la Bodega Pirineos que para eso está.

El Fragineto se me hace rogar una vez más, mira que es puñetero el jodío, yo creo que me tiene miedo ya.

Fecha real de… estoooo… ¿excursión?¿barranco?... ¡AQUAPARK!: 09/03/2013
Cartografía: Editorial Alpina la que nunca atina
Fotos: Las que pude hacer dadas las circunstancias

lunes, 11 de marzo de 2013

Forges d’abel – Canfranc Estación (de bloguera “invitada”)

03/03/2013

Desde este verano llevamos intentando quedar con el compañero bloguero montañero David Naval.  El domingo pasado, por fin, conseguimos coincidir acompañados de un mega grupo de 26 humanitos montañeros o montañerosos.

Así soy yo.  Me invitan a una excursión con raquetas por los Bosques de Sansanet y me imagino una plácida jornada de relajada contemplación de la naturaleza compartiendo aventuretas montañeras y tirando fotos a dorquier.

Pos no.  Me equivoqué.  La cosa fue más un “ala venga que se nos hace de noche”, tardando no sé cuantísimas horas en hacer una única parada a comer para enseguida continuar andando a lo pato hasta completar los 18 kilometritos (nada más y nada menos) que nos había preparado el compi David.

A pesar de que se me hizo algo duro y de que solté algún bufido, la verdad es que fue una experiencia de esas que te devuelven a casa con esa sensación de “trabajo bien hecho” y con bellísimas imágenes de un bello lugar y encantadora compañía grabadas en la memoria.

¡Muchas gracias David!

Para más información, reseña, tracks, etc… BLOG DE DAVID

martes, 5 de marzo de 2013

Raya d’as Tiñas – Bonés (Jóvenes Castoras en ruta circular)


El año pasado para estas fechas (mes arriba, mes abajo) probamos con Bonito del Norte esta senda recuperada hace poco por un amiguete nuestro.  Aquel día hacía un viento gélido y una pereza humana alimentada por los olores del restaurante de Arguis que nos hicieron desistir ya en lo alto de la ruta para bajarnos a degustar el menú de la casa.  Esta vez me propuse hacer la ruta “completa” como me habían recomendado.

Así que, puesto que el estado meteorológico del día y el mega-bocata de tortilla en la mochila eran propicios, emprendimos ruta esta servidora y una de las incontables Jóvenes Castoras hacia Arguis para atravesar el pueblo y continuar por la carretera vieja de Monrepós hasta un “apalanque” justito para dos o tres coches a la derecha de la carretera un poquito más adelante del lugar donde se encuentra el principio de la senda (mano izda. de la carretera) hacia Bonés.  Nos calzamos las botas y emprendemos marcha por la senda que enseguida se bifurca a la izquierda, casi nos pasamos, pero hay un cartel visible que indica “Raya d’as Tiñas”.  Sólo hay que seguir la senda bien pisada y señalizada por hitos que nos irá llevando por el límite del cortado dirección oeste.


Cuando ya nos encontramos en el punto más alto del cortado, localizamos las ruinas de la paridera D’a Foya hacia las que hay que dirigirse.  Una vez allí, hacemos parada y avituallamiento para recuperar fuerzas.  Desde aquí hay que estar atentas pues la senda se puede perder pero pronto llegamos a la conclusión de que “si no hay hito, noesporai”, así que atendiendo esta máxima, de hito en hito, coronamos un alto muy próximo a un par de cotas (1.604m., 1.600m.) desde donde divisamos una espléndida panorámica del pirineo.  Con un día tan claro y después de tantas nevadas, lluvias y vientos casi parece que podemos tocar el piri con las manos desde aquí.



Ahora cambiamos de vertiente encontrándonos en un bosque de esos típicos de las caras norte de Guara, aquí cuidadín otra vez buscando los hitos que a ratos se nos pierden por la nieve acumulada, menos mal que hay alguna huella antigua que más o menos nos orienta para ir bajando bien encaminadas dirección nor-este por lo que parece una antigua pista forestal hasta toparnos con la pista de Bonés.  Enseguida divisamos, a nuestra izquierda la Ermita de la Magdalena.


Ahora sólo queda seguir la pista, dirección este, para encontrar la senda por donde habitualmente se accede a esta zona.  Veo una senda que sale a nuestra derecha y en un momento de poca lucidez me pongo “burra encenegada” y empiezo a tirar por ahí mientras pienso “esto no me suena” y la Jóven Castora se me mosquea “Pirene, ¿es por aquí seguro?”.  La duda se instala en mí y decido dar media vuelta para volver a la pista.  Hay que continuar hasta toparnos con un cartel indicativo (esto ya sí me suena muchísimo más) así que sólo queda seguir la indicación del cartel hacia “Arguis”.  Desde aquí sólo hay que seguir el camino que primero asciende muy cómodamente para cambiar otra vez a cara sur para bajar por toda la solana hasta el mismísimo lugar donde hemos dejado el coche.


Fecha real de la excursión: 02/03/2013
Cartografía: Editorial Pirineos nº8 “El Reino de los Mallos
Fotrografías: Mi cámara ya no tan nueva