miércoles, 18 de abril de 2012

RAYA D'AS TIÑAS




Llevaba tiempo con ganas de acercarme a la famosa senda que había recuperado mi amigo Juan.  Ya me habían hablado del excelente trabajo realizado pero siempre estaba esperando a un finde “malo” de esos en los que apetece conducir poco, andar otro poco y volver a comer a casa.

Así que lié a mi Bonito del Norte y pusimos rumbo a Arguis.  En la carretera vieja que antes nos llevaba al puerto de Monrepós se encuentra el desvío de la PR que sube a Bonés, aparcamos y comenzamos a subir.  A pocos metros damos con el cartel que nos desvía a nuestra izquierda hacia la sin par Raya d’as Tiñas. 




El camino está muy bien señalizado con sus correspondientes mojones y gana altura rápidamente para acercarnos a las famosas Tiñas que no son más que unas bordas destartaladas que dan señal de la actividad de hubo antaño por la zona.  Empiezan así las vistas del pueblo de Arguis y su pantano. 





Un poco más de subida ya por el borde rocoso y miramos atrás para contemplar la norte de Guara.  El camino se empieza a poner marchoso pero sin peligro para los que pasamos del asunto del vértigo (los que sí lo sufren, mejor abstenerse). 






Incluso nos encontramos restos de las vías de escalada deportiva que se abren a nuestros pies para, finalmente, encaramarnos en el collado Morallón desde donde ya contemplamos un trocito de la pirámide final del Gratal,  la Sierra de Presín y la de San Juan de la Peña.  Incluso se puede intuir Santo Domingo allá a lo lejos.






Desde este punto, lo suyo sería descender a las parideras del fondo del collado para continuar por la senda (también recuperada por Juan) que nos dejaría en Bonés por la pista, pero hace un viento helador y no hay temples así que decidimos bajarnos por el mismo camino a comer a Arguis que tenemos la nevera temblando.


Excursión muy recomendable por entretenida, por la currada de recuperación que se ha marcado mi colega y por el ambientillo aéreo que recuerda durante un ratito (aunque poco) alguna de las fajas de Ordesa.  Más recomendable todavía completar la ruta circular pasando por Bonés.

Fecha real de la excursión: 15/04/2012
Cartografía: Editorial “Intuición de Pirene” versión “de mojón en mojón”
Fotos: A medias entre Bonito del Norte y servidora.

jueves, 12 de abril de 2012

CRUZ DE LACUNA

Como hacía buen tiempo y daban más para el día siguiente, aquella semana me dediqué a buscar una excursión que nos ascendiera a alguna cumbre donde no hubiera estado y si era en Guara, pues mejor que mejor.  Así que me repasé el mapa de Alpina del “Parque de la Sierra y los Cañones de Guara” de cabo a rabo y topé con la Sierra de Arangol.  Muy maja ella, parecía muy accesible desde variados flancos que podían depositarnos en un “piquito” llamado Lacuna Alta y, con un poco de suerte, hacernos con el Cabezo de Guara que tampoco cuenta entre mis haberes montañeros.

Así que ese sábado, a las nueve de la mañana, cogí mi “silver bullet” para recoger a mi partener y salir raudas dirección Rodellar.  Bien, lo que tiene ir con prisas es que te puedes dejar algo y un domingo soleado en el monte se puede convertir en infierno sin gafas de sol, elemento el cual me había olvidado depositado en la cómoda de la entrada esa donde se dejan las cosas que no hay que olvidar.  Así que vuelta a casa, recoger gafas y ya sí, retomar camino no sin antes repostar en la gasolinera del Eroski como es de tradición.

¡Por fin en la carretera! ¡que buen día hace! ¡que música tan guay ponen en la radio! … ¡vaya horas para salir al monte!.  Y ahora… ¿dónde estamos?, como somos un par de empanadas de atún con tomate, nos habíamos pasado el correspondiente desvío y casi nos plantamos otra vez en Huesca ¡toma ya!, las diez y media de la mañana y aún sin empezar a andar ¡con cuatro ovarios! (dos por cada, claro).  Tras retroceder un buen cacho, tomamos el desvío hacia Rodellar y antes de llegar nos desviamos a la izquierda en el pueblo de Pedruel.

Pedruel existe

Por fin empezamos a andar por una solana bien empinada que nos hace sudar de bien, pero que se hace amena al ver el buen paso que llevamos.  Superada la solana de la muerte, llegamos a un llano que indudablemente se presta para el correspondiente tragazo de agua y bien de cacahuetes pues la intuición y el mapa nos dicen que queda poco para llegar a la Cruz de Lacuna, un alto coronado por una pequeña cruz encaramada en un palo que nos ofrece muy buenas vistas del Tozal de Guara y su Cabezo como si de un par de saltos pudiéramos culminarles.  Nada más lejos de la realidad pues, a pesar de haber superado ya unos 750m. de desnivel, nos quedarían aproximadamente otros 500m. hasta el Cabezo.  Pasamos del intento de suicidio pues ya son las dos del mediodía, hace calor y el objetivo inicial está satisfecho.  En diez o quince minutetes más y casi llaneando llegamos a la Punta Lacuna Alta que sólo es un mojón de piedras y no hay vértice como señala el mapa.  Nos zampamos el correspondiente bocata y a bajar, no sin antes preguntar a un grupillo de gente por una pista que aparece en el mapa y pretendíamos aprovechar para la bajada, como no nos saben dar señas claras y no nos fiamos de nuestra orientación (recordemos la embarcada en el desvío de la carretera) volvemos por el mismo camino.

 La Cruz de Lacuna y el Cabezo de Guara al fondo (ahí, ahí... provocando)

 El Tozal de Guara (parece poco desde este ángulo... ¡ja!)

Un buen día aquel ¡si señor!, buena pateada, buena compañía y majas vistas.

Fecha real de la excursión: 03/03/2012
Cartografía: Nº7 de Editorial Pirineo (Parque de la Sierra y los Cañones de Guara)
Fotografías: todas mías, mías y sólo mías